El consumidor es toda persona, física o jurídica, que compra un producto o contrata un servicio para su consumo o beneficio, para un ámbito ajeno a su actividad profesional o empresarial.
Cuando un consumidor adquiere un producto en un establecimiento, y lo quiere devolver sin motivo aparente, legalmente no tiene derecho a devolverlo. Sin embargo, es habitual que por política de empresa, el vendedor permita al consumidor devolver el producto en un determinado plazo, si bien no le devuelven el dinero, le entrega un vale de compra por el mismo importe.
Por otro lado, cuando se adquiere un producto por internet o vía telefónica, el consumidor tiene derecho a devolverlo en un plazo de 14 días a contar desde la recepción del producto (llamado derecho de desistimiento), sin haber alegado causa. Esta voluntad de desistir se tiene que comunicar al vendedor, que deberá reembolsar íntegramente el precio del producto adquirido.
No obstante, los gastos de envío de la devolución del producto son a cargo del consumidor, excepto que el vendedor no le haya informado previamente de esta obligación
Si el motivo por el cual se quiere devolver un producto es porque presenta algún defecto, o no se corresponde con lo anunciado, o no tiene la calidad que cabría esperar, el consumidor tiene diversas opciones:
- Si el defecto aparece en los primeros 6 meses desde su adquisición, se presume que el problema ya existía cuando se adquirió, y por lo tanto, es el vendedor quien debe probar que tal cosa no es así, si quiere eximirse de responsabilidad. Detectado el defecto, el consumidor tiene derecho a que le reparen o reemplacen los artículos gratuitamente. Si las dos opciones son demasiado complejas, también tiene derecho a que le apliquen un descuento o a que se resuelva el contrato y le devuelvan el importe de la compra.
- Si el defecto aparece después de los primeros 6 meses pero dentro de los 2 años posteriores a la compra, el consumidor aún tiene derecho a la reparación o al reemplazo del producto (y al descuento o resolución del contrato), aunque deberá probar que el problema ya existía cuando adquirió dicho producto.
- Si el producto deja de funcionar pasados 2 años desde que se compró, legalmente el consumidor no tiene ningún derecho a la devolución ni reparación.
Así mismo, siempre que el consumidor adquiere un producto, está formalizando un contrato, y ese contrato no debería tener cláusulas abusivas ni perjudiciales para los consumidores. Aún así, es muy habitual encontrarlas.
Pero no todas las cláusulas abusivas tienen las mismas consecuencias jurídicas si se declara su nulidad:
- Si la cláusula no es esencial para la ejecución del contrato (como por ejemplo, cargos desproporcionales si se paga con retraso), la cláusula será nula y no se aplicará, pero el contrato seguirá siendo válido.
- Si por el contrario, la cláusula es esencial para la ejecución del contrato, éste será nulo de pleno derecho y no tendrá efectos.
Por último, todo consumidor tiene derecho a recibir una indemnización por daños y perjuicios por los daños derivados del defecto del producto o por la falta de conformidad.
Si eres consumidor y ves infringidos tus derechos, no dudes en asesorarte contactando con un profesional en la materia, o consultando alguna asociación de consumo.